domingo, 5 de septiembre de 2010

La contaminación no respeta fronteras

Marco Antonio Martínez García

México, Estados Unidos y Canadá tienen graves problemas con la emisión de diversos contaminantes.

Los tres países- integrantes de la Comisión de Cooperacón Ambiental (CCA) de América del Norte, organismo creado como parte del acuerdo paralelo ambiental del Tratado de Libre Comericio de América del Norte - enfrentan altos ínicces de emisiones de mercurio, arsénico y cromo, explica el gerente del Programa Calidad del Aire y Registro de Emisiones y Transfarecias de Contaminantes (RETC de América del Norte, Orlando Cabrera.

Tal vez el más grave sea el caso del mercurio, un tóxico que se bioacumula, que está presente en el agua, el aire o la tierra. Cuando el mercurio va a dar a los ríos o mares, es absorbido por los peces en su tejido graso y los que son para consumo humano afectan a las personas que lo comen.
“Los contaminantes sumamente tóxicos son de interés común, el mercurio–ya sea tanto al aire como al agua–es un contaminante transportado a través del aire y se deposita en agua y suelo y ahí se puede ir transformando. El arsénico es un elemento natural, ocurre en el suelo, somos ricos en arsénico, pero sale de donde está, se mete al aire y llega por las vías respiratorias o se va al agua”, dijo en entrevista para el Programa de las Américas.

Como una forma de saber cuáles empresas emiten dichos contaminantes en las regiones donde eso ocurre y para hacer uso de la información para identificar problemas de salud, se tiene el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes de América del Norte (RETC).

El instrumento tiene entre sus funciones la llamada En balance en línea, cuyas novedades fueron presentadas durante la decimoséptima sesión ordinaria del Consejo de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, celebrada en Guanajuato, Guanajuato, México el 16 y 17 de agosto.

Una de las herramientas incluidas en el RETC es poder ver con el código postal mapeadas las industrias, hospitales y escuelas, y analizar si con base en las emisiones reportadas en el registro se puede vincular éstas a la incidencia de enfermedades relacionadas con salud ambiental, señaló el funcionario de la CCA.

Cabrera explica lo que es el registro.

“El registro de emisión es una base de datos donde se deposita la información de las cantidades de emisiones que se emiten al aire, al agua, al suelo o se transfieren para reciclaje por fuentes industriales. Algunos registros también incluyen fuentes no industriales, como los vehículos o también actividades agrícolas. Los registros son públicos y se actualiza una vez al año y esto es fundamental en el RETC”, señala.

Y enumera las ventajas del instrumento.

“En el programa de RETC en América del Norte tenemos como meta desarrollar la comparabilidad de los registros de contaminantes. Con esta información se busca tener información para la gestión ambiental a todos los niveles de gobierno, ciudadano también, porque si no, no sabe dónde están localizadas las fuentes de contaminación al medio ambiente, cómo se están manejando. Eso se utiliza como herramienta para el público para saber si enfrenta un problema y si tiene solución a nivel gobierno e industrias para investigar los efectos de la contaminación”, refiere Cabrera.

“La contaminación de aire no conoce fronteras y tenemos cuerpos de agua y cuencas hidrográficas compartidas y lo que se emite ahí afecta a los tres países, y por lo tanto para hacer gestión ambiental a nivel norteamérica necesitas registro integrado de los tres”, añade.

Durante la reunión del Comité Conjunto de la CCA, en Guanajuato se presentaron tres ejemplos del uso de la información del RETC, uno de ellos en Canadá. En ese país se está haciendo un mapeo de la incidencia de cáncer en niños en relación a las fuentes de contaminación de ciertos cancerígenos.

En el caso de México se presentó el asunto del municipio de El Salto, Jalisco afectado por la contaminación del río Santiago, donde hay un número de empresas que descargan al agua sus emisiones contaminantes sin reportarlas, y algunas que reportan emisiones diferentes a las que arrojan. Con el RETC, se puede ver si los reportes son completos o no, y si son confiables.

También se presentó el caso de Estados Unidos, donde se realiza un estudio en el estado de California para analizar la correlación entre fuentes de contaminantes con la localización de vecindarios de poblaciones indigentes o vulnerables.

Cada país de América del Norte tiene sus registros de emisiones de contaminantes con un historial diferente. El de EU comenzó en 1986, mientras que el de Canadá inició a mediados de los años noventa y el RETC de México a finales de la misma década, pero de forma obligatoria, lo hizo hasta 2006.

Cada registro tiene diferentes requisitos de reporte, por ejemplo Estados Unidos requieren que se reporte de listados alrededor de 600, Canadá sobre 350 y el de México 104.

Subregistro de contaminantes

La activista y directora del Colectivo Ecologista Jalisco, Maite Cortés García Lozano reconoce la valía del RETC, pero dice que en el caso mexicano hay un subregistro de empresas mexicanas, por lo menos en la región de El Salto, en Jalisco.

“Tomamos datos públicos, para eso es el registro y encontramos un promedio de 18 empresas que están reportando, de 160 que hay, y de esas debemos ver cuáles son de giro federal, a lo mejor no todas son, pero sí sabemos que hay un subregistro importante. Además solicitamos información de empresas que sí están cumpliendo, entonces al revisar los datos encontramos cuáles reportan metales pesados, sustancias cloradas y otro tipo de sustancias que se tienen que presentar porque son bioacumulables, son persistentes y son tóxicas, estos son los criterios que se manejan tanto en México como en Estados Unidos y en Canadá.

“En el caso concreto de El Salto sabemos que es una región que presenta los más altos índices de contaminación ambiental y de daños en la población, por eso estamos piloteando el uso de la herramienta”.

También dice que hace falta en México una mayor cultura de transparencia, ya que muchas empresas se resisten a abrir la información de sus emisiones contaminantes, por temor a ser expuestas o a recibir periodicazos.

Marco Antonio Martínez García es periodista mexicano. Colabora con el Programa de las Americas.

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