sábado, 20 de noviembre de 2010

Haciendo Memoria - Luis e Ivette Martirena.

Poco se nombran estos dos compañer@s asesinados por militares y policías en abril de l972. Mucho menos a sus hijas, Laura y Ana.

Cuando olvía e enterarme fue por medio de la radio 36 en el 2005, en una entrevista realizada a la hija mayor.
El relato me causó indignación, tristeza y una gran desilución.

En aquella primera entrevista, relató parte de su vida, y de como infructuosamente buscó apoyo entre los ex compañeros de sus padres, algunos de ellos ya con cargos políticos dentro del FA.
 No encontró apoyo ni económico, ni tampoco de otro tipo. Nuevamente dejada en orfandad, por l@s compañer@s.

A pesar que sus padres habían ofrendado su vida no solamente a la causa, sino también por los que estaban adentro de la casa aquel mediodía.
Relató lo que fue su infancia, adolescencia, las pericias pasadas hasta ese momento.

Olvidadas sí, olvidadas por todos los ex guerrilleros y no guerrilleros. 

Y, como en aquel momento, volví a preguntarme, dónde está el dinero, que hoy en sus 'confesiones' o 'explicaciones' sobre traidores, hace Huidobro.
Es que en el reparto, nadie recordó a estas niñas, como tampoco a otr@s y compañer@s que han muerto en la indigencia.

Pasaron los años y poco supe del destino de estas dos muchachas. Hasta el año 2007 no habían recibido ninguna reparación (pero sí algunos de los milicos asesinos).
Reparación. Como si pudiera reparse la horfandad, el amor y la seguridad que los padres dan.

Operativo. Policías y militares del Batallón Florida
 rodean la manzana donde vivía el matrimonio Martirena
Férnández Huidobro, fue uno de los que habitaban la casa de los Martirena en el mes de abril de 1972.  (Amazonas 1440). 
Salió herido, pero vivito y colenando.

La masacre.

Yvette, yacía en la cocina, con un tiro en la boca, el mentón hundido como si lo hubieran aplastado con un pisotón.
Luis, murió desangrando en el corredor de la planta alta, con una metralleta en las manos colocada por los mismos militares o policías, hasta el mismo Juez Echevarría dudó de la forma en que estaba colocada el arma.
Pero bien sabían los esbirrios que estaban desarmados. La metralleta como el operativo fue una forma de demostrar su odio, su poder, crueldad y cobardía.
Laura y Ana se salvaron al igual que sus primos por estar en el liceo, en la escuela, de lo contrario hoy serían otras de las muertes impunes.
Aquella tarde se entregó Huidobro. Había 'zafado' como el mismo dijo a Campora. Recuperado de su desmayo, entregó al Juez Echevarría la suma de 29.000 dólares, que dijo haber recibido por una entrevista de una periodista francessa.
En el año 2005, el juez en lo penal de 10º Turno, Rolando Vomero, quien asumió la causa que denunciaran en el 2003, ante la Suprema Corte de Justicia (SJC) las hija de los Martirena sitó a declarar a testigos, y dejó otros para el mes de febrero y abril del 2006.
No se lo que a pasado, pero no creo que ninguno de los imbolucrados esté pagando ninguna pena por los crímenes, otros murieron como Victor Gastiglioni.

De todos modos quise recordar a estos compañer@ por estar en mi memoria, especialmente Ivette que fue mi vecina en otro barrio, en otro tiempo. En otra memoria.
Para Ana y Laura un abrazo, siempre las llevo conmigo, sepan que no las he olvidad y lamento no haber podido comunicarme en todos estos años.

Lidia Camacho

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