viernes, 5 de noviembre de 2010

Perú: Elecciones

EDITORIAL DE LUCHA INDÍGENA

Enlas elecciones de octubre, el gran derrotado ha sido el actual gobierno. El referéndum para que el Estado devuelva el dinero aportado por los fonavistas logró un aplastante respaldo, a pesar de la campaña de chantajes usado por el gobierno.

En las elecciones municipales y regionales el gobernante partido aprista ha sido derrotado incluso en sus antiguos bastiones del norte, a pesar de sus varios intentos de fraude. Pero no sólo el APRA, todos sus aliados electorales han perdido en la mayoría de lugares, salvo conservar algunos distritos y pocas provincias; los neoliberales han sido desplazados incluso en la gran Lima, hasta ahora incuestionable plaza neoliberal.

Preocupa las victorias parciales del fujimorismo o sus aliadosen zonas como Ayacucho y Huancavelica, las más golpeadas


por la guerra interna de los ochentas. En el resto del

país han ganado movimientos regionales, que si bien sólo en

pocos casos se declaran de izquierda, en la mayoría se distancian

de la corriente neoliberal extractivista. Esta postura

ha sido resultado de la fuerte presión popular en rechazo a

las empresas transnacionales, petroleras, mineras y otras.

Estas elecciones sólo reflejan un malestar popular que ha

logrado poner sus demandas en la agenda política. Ahora

que ya se preparan nuevas alianzas políticas para las elecciones

presidenciales de abril, es bueno reparar que, pese a

la participación de legítimos líderes sociales en la contienda

de octubre, casi ninguno ha obtenido el triunfo. Parece que

a los pueblos en lucha no les ha gustado mucho que sus

dirigentes se metan al terreno de la gran política. Contradicciones

de cada proceso.

Lo importante es resaltar que la transformación que piden los pueblos del Perú no se limita a participación electoral, sino que se vive en las bases, en las cotidianidades de abajo.
Allí donde por el momento se ha logrado detener proyectos como Inambari y Majes Siguas II, los recientes desastres ecológicos producidos por las empresas están generando más organización popular, los pobladores de Cocachacra o los de Piura avanzan en su lucha por la vida, entre muchos otros.
Incluso en la capital, el control de los medios de comunicación ya no es un arma tan eficaz para distraer al pueblo, ya empieza a ser cuestionado.

No se trata de ilusionarnos, peroes necesario destacar el crecimiento de los movimientos sociales antineoliberales, especialmente los indígenas, con dificultades aún para coordinar mejor las luchas, pero con importantes triunfos aún parciales. Precisamente en los últimos dos meses, el director de Lucha Indígena ha estado recorriendo Europa, invitado por organizaciones ecosocialistas, para exponer sobre losavances del movimiento indígena de Abya Yala, como una muestra del creciente interés de las "nuevas" izquierdas sobre las luchas de los pueblos.

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