viernes, 17 de junio de 2011

Chile: Echo de menos a la clase obrera

La otrora joven y vigorosa clase obrera brilla ahora por su ausencia, ahora que los jóvenes han logrado tomarse las calles y las plazas, ahora que han logrado burlar el cerco periodístico de “La Tercera & El mercurio”, y el monopolio informativo de la TV , pintando sus blancas letras en las vistosas carrocerías de los buses del Transantiago para informarnos con sus fugaces frases: “la tele miente, apágala”, “no al lucro en la educación”, “Lavín estudió gratis”.

Ahora que es posible cambiar las cosas para un futuro digno - para el propio futuro de la clase trabajadora y sus hijos -, ellos no se encuentran en el horizonte para aportar con su decisiva fuerza.
No están aquí los obreros de la Construcción, de las fábricas. No están presentes las super-explotadas cajeras de los super-mercados, las empleadas de los malls, de las cadenas de farmacias. No están tampoco las víctimas de los terroríficos créditos de las multitiendas, las víctimas del terrorífico Dicom, de las terroríficas tarjetas de crédito, no están los trabajadores mineros ni los portuarios. No están los empleados públicos, de la salud, de los municipios.
Ahora es el momento propicio para que tomen conciencia de su calamitoso estado, para que tengan la claridad que tienen los jóvenes que se las están jugando, ahora es propicia la chance que se indignen de la situación que padecen. Que padecemos la inmensa mayoría de los chilenos.
La clase obrera no está porque no quiera estar como protagonista como el natural contrapoder oponible a la clase dominante, no está porque ha sido abusada por sus dirigentes, ha sido burlada por los partidos que habían jurado representarla, ha sido intencionalmente paralizada por los gobiernos de la Concertación , que ha hecho de sus líderes unos títeres de trapo que no valen absolutamente nada.La clase dominante está alerta al peligro que se les acabe el festín, por estos días ha facilitado un encuentro del gobierno de los empresarios con la oposición concertacionista que felizmente fracasó.
La denominada Derecha no acepta un cambio del sistema electoral que patrocine efectivamente la proporcionalidad y representatividad ciudadana, es decir, no acepta el término del binominal, no acepta la facultad de la ciudadanía para ejercer la democracia directa, no está para que se realicen plebiscitos.
La Derecha que gobierna no está para cambiar las condiciones que nos han llevado a la situación límite en que nos encontramos y que se niegan a reconocer. No están para aceptar que las minorías tengan algo que decir.
A ellos les acomoda el bipartidismo, tienen vocación por el disimulado co-gobierno que se realizó durante los últimos 20 años, y pretenden seguir en el mismo tono sin asumir que son minoría, y que están cosechando lo que sembraron cuando eran esa sui-géneris oposición que logró que el entonces gobierno transara sus principios, que perfeccionara y aplicara la ley antiterrorista, que hiciera ley “la agenda pro-crecimiento” que hizo finalmente sucumbir a los consumidores, al medio ambiente, a los mapuche, despojándoles de las antiguas leyes de protección para dejar despejado el camino a los ávidos inversionistas.
A mí me parece que Piñera tiene los días contados, que deberá dimitir sin cumplir los 4 años de su mandato en el caso que la clase obrera se auto-convoque, en el caso que la ciudadanía tome conciencia que el momento es ahora, que hoy es el tiempo de hacer un nuevo pacto social que contemple una nueva Constitución, de exigirlo, saliendo masivamente a las calles, tomándose los espacios públicos, paralizando, resistiendo pasivamente en el resto de las actividades, poniéndolo entre la espada y la pared. Presionándolo a realizar lo que la Concertación no fue capaz de hacer, a considerar lo que la mayoría de la ciudadanía reclama si es que no quiere terminar en forma abrupta su período.
Fuente: El Clarin

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