lunes, 6 de junio de 2011

Cuba: con el barco a la deriva

Reflexiones
La disyuntiva de Raúl: apostar por el capitalimos (supuestamente controlado) como lo hace ahora, o socializamos los medios de producción e iniciamos la verdadera construcción del socialismo en Cuba.
Francotirador del Cauto- Kaos en la Red
Resulta que desde hace rato a la prensa nacional le ha dado por recordar ideas, palabras y frases dichas por Fidel durante el tiempo que permaneció activo en el poder; incluso, basado en ello, nuestro actual Presidente afirmó dos cosas en el recién Sexto Congreso del Partido que me resultan relevantes.

La primera, que con esos pensamientos de Fidel ya todo está dicho en Cuba, es decir, la historia de nuestro país acaba en tales ideas, ni una más es válida, nos los dan como el recurso de un naufrago que se agarra a un pedazo de mástil que casualmente le pasa por el lado. No hay más desperdicios del barco hundido al cual asirse. Esto me recuerda a uno de esos historiadores amamantados por el imperialismo, que cuando la caída del muro de Berlín se atrevió a asegurar que aquello era el fin de la historia.
La segunda, nuestro Presidente afirmó con énfasis, que ninguno de esos pensamientos, ni ninguno de los acuerdos de los Congresos anteriores fueron cumplidos, lo que pone en evidencia que nada de lo dicho en cincuenta años ha sido probado en la práctica, pero de todas maneras, por decisión de nuestro Presidente esa es la única verdad cierta. Lo que me obliga a pensar que quieren que nosotros seamos una especie de religiosos, y que reafirmemos ideas que nunca se han llevado a la práctica. ¿Es nuevamente un problema de fe?.
Sin embargo, antes de aprobarse todos los lineamientos del recién culminado congreso, ni a nuestra prensa, ni a los delegados allí reunidos, ni a los tanques pensantes del gobierno que crearon los lineamientos, se les ocurrió recordar ese pensamiento del guerrillero heroico, donde nos alertaba que no podíamos usar las armas melladas del capitalismo para construir el socialismo.
El Che preconizó que si queríamos construir el socialismo no podíamos poner los estímulos materiales por encima de los estímulos morales, confundir los pasos tácticos con los pasos estratégicos, despojar al Socialismo de su carga humanista y convertirlo en una mera receta para impulsar la producción.
No sé en qué medida el cuentapropismo, la contratación por pequeños propietarios de fuerza de trabajo asalariada, el estímulo material por sobre el moral, se insertan en esas ideas guevaristas sobre la construcción del socialismo en Cuba y menos, en qué manera la profusión del timbiriche en Cuba va a desarrollar nuestra economía.
Ya que esos pensamientos del Che no se citan, recordemos que también aseveró que "el estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuatitatvia de uno de los elementos que forman, y el trabajo se paraliza hasta  quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante derectificar",el estado se equivoca a veces.
Y dijo más: "Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque, Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con las armas melladas wue no legara el capitalismo (La mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interiés material individual como palanca) se puede llegar  a un  callejón sin salida. Y se arriba allí tras recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el moento en que se equivocó la ruta. Para construir el comunismo simumutáneamente co la base material hay que hacer el hombre nuevo"
Y observando el rumbo que toma el país es bueno también recordar que el Che manifestó que es importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de manera social.
No creo que los lineamientos aprobados tengan absolutamente que ver con el ideario sobre la construcción del socialismo que tenía el guerrillero heroico. Leyendo su obra “El socialismo y el hombre en Cuba”, redactado por él en marzo de 1965, no me queda otra alternativa que repetir con él, que a nuestra dirigencia los árboles no les dejan ver el bosque.
Es una verdad de Perogrullo que nuestra economía está en la fuácata como consecuencia del socialismo estatizante que adoptamos para desarrollar el país, lo que nos deja ante la disyuntiva: apostar por un capitalismo (supuestamente controlado) que demostrado fehacientemente está que da resultados capitalistas, o socializamos los medios de producción e iniciamos la verdadera construcción del socialismo en Cuba.
Nos quieren vender la idea que estamos reformando nuestro socialismo cuando en realidad lo que se toman son medidas de corte capitalista. Es un intento de remodelar el monstruo, pero ningún afeite hará bello a Frankestein. ¿Quien le ha dicho a nadie que a los cubanos nos toca demostrar que la porquería de socialismo que existió en el siglo XX debe ser salvado por nosotros? Lo que no sirve a la basura y a empezar de nuevo.
¿Qué moral le queda a un Partido que no ha cumplido con ninguno de los acuerdos de los congresos anteriores? ¿Quién le garantiza al pueblo cubano que ahora lo cumplirán? ¡Cuántas veces debemos creer esa frase de que ahora si vamos a construir el socialismo! ¿Por qué seguir creyendo? ¿Es acaso el socialismo, como leí una vez, una profesión sólo de fe? Si es así, entonces debemos dejarles esa tarea a los religiosos que llevan siglos entrenados en esa postura metafísica. Al menos a mí, la vejez ya no me permite ponerme de rodillas.

Lo enojoso de toda esta situación es que ninguno de la alta dirigencia del país podrá verificar in situ los resultados de las medidas que se toman en estos momentos. La ley biológica de la vida se los impedirá. Le dejan a arientes y parientes, muy estratégicamente situados en el poder, la encomienda de continuar con ellas, con la desventaja que el pueblo cubano no les reconoce a ninguno de ellos méritos algunos, salvo el de que están emparentados con el poder.
Como si esto fuera una carrera de galgos o de caballos, las apuestas para salvar nuestra economía están ahora dirigidas a encontrar petróleo en los mares adyacentes, pero de encontrarse ese recurso energético en nuestro mar territorial o económico, y explotarse ese recurso en contubernio con los capitalistas que se llevarán el 40 por cientodel negocio, ¿cómo podremos garantizar que los nuevos recursos no se derrochen como ha sucedido hasta ahora, si no existe el control obrero en nuestra industria y aspiramos erróneamentea que una controlaría general se encargue de la corrupción administrativa?
El Partido ante los ojos del pueblo cubano ha perdido credibilidad, primero, por los frijoles podridos que a intervalos se encuentran en su potaje; segundo,porque nuestro pueblo no elige ese ínfimo por ciento de su población en quien recae la responsabilidad del desarrollo del país, y en tercer lugar, porque es ese partido quien nos ha traído a la debacle económica en la que nos vemos abocados
La batalla por el socialismo no se desarrolla con las banderas arrastrándose por el piso, sino enhiestas. Los mecanismos capitalistas sólo conducen al capitalismo. Talemos los árboles y expulsemos a los seudo socialistas que nos impiden divisar el horizonte.

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