martes, 21 de junio de 2011

Dos poemas de ida y vuelta

Un militante popular uruguayo, el Negro Walter Santi murió de cancer en un pueblito sueco y Jorge Brioso le escribió un poema bellisimo para aquel que fue “incapaz de vivir lejos del alma”

Marco Teruggi nació en Francia, es un hijo del exilio y hoy vive y milita en la Argentina. Su poema piqueteros bolivarianos relata una visita organizada por el FPDS a los movimientos populares de Venezuela.
Una ida y vuelta de la poesía rioplatense, para recordar a los que se fueron lejos y celebrar que estamos volviendo-
Jorge Briosso
Compañero Walter Santi:
Hasta la victoria, siempre
Como una paz me ocupa
cuando más quiero rabia,
si la serenidad de tu mirada
rompe en silencio mi silencio ajado
No se puede arreglar con cuatro versos
que la calamidad te haya arrancado
tan luego a vos,
que fuiste una retama de Isla Mala
incapaz de vivir lejos de tu alma.
Pero no hay paz, y miente tu mirada
y no olvidamos la milica ‘buena’
que avisó que en el water llegaba limpia el agua
cuando el plantón se estaba haciendo eterno
y la lengua pesaba como llaga,
ni a aquél otro milico menos bueno
que te mostró unos ojos celestes arrancados
y te dijo que eran los de Clara
cuando el cuartel ya te había demostrado
que hasta de eso era capaz la bestia,
el ser humano como mamarracho
que se había enseñoreado en el estado
Claro, no hay que olvidar tu andar gracejo,
tu calma azul, tu risa luminaria,
tu charla interminable y coloreada,
tu comprensión cargada de coherencia,
tu teoría tan inútil e intrincada
sobre la responsabilidad y el sexo,
ni esa capacidad de estar solemne
y festejar con ganas las cargadas
Pero tu desolvido no es de adorno,
ni está sereno como tu mirada.
No olvidaremos que moriste lejos,
Que no hay razón, que el Uruguay impuna.
Como la murga promete volver,
y a veces vuelve, y hasta a veces gana,
va a volver tu sonrisa luminaria
a alumbrar las cuchillas de la patria.
Vamos a recordar cada traición
de las que te llevaron a andar lejos,
a morir sin justicia, a no hallar paz,
a no callar la sórdida miseria
del que se agacha frente a las infamias
Tu memoria es más fuerte que el destino

Marco Teruggi
Piqueteros bolivarianos
1
Los montes se deslizaban en fa mayor
el horizonte tapizado se extendía amenazante
saludaban planes de viviendas desde su celestes y violetas
la canción para Yolanda guiaba los cuerpos dormidos,
la velada en lo alto del barrio La Vega todavía adornaba los pensamientos
sobrevolaban el cuatro y sus tambores
las voces cimarronas
el balcón que abría el cielo de la ciudad
la bruma en su abrazo de cartón sobre los techos
un horizonte de focos
dulzura de carnaval sin despedida.
La noche de papayas, tragos de ron y aventuras
había caminado descalza por el continente
uno a uno se habían unido irreductibles caribes,
huelgas comunitarias, sombras guerrilleras,
las certezas de Rodríguez y Martí
las ausencias de cariño y dolor
rebeladas en indio, negro, mestizo
en el oscuro mar que brilla
sobre los siglos.
El último recuerdo se consumía
avanzábamos rodeados por árboles inundados de púrpuras
curvas andinas
plátanos salvajes
laderas pobladas de coco y mango,
cuando, debajo de una sombrilla, amanecía eterna
una sonrisa de hielo picado con frutillas
publicado en Dario Vive
















































































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