Mientras el cuervo padre daba lecciones de filosofía al cuervo hijo, dos patrones discutían las formas más simples para explotar a sus obreros
Tiempo más tarde esos dos patrones quebraron y tuvieron que cerrar sus empresas
El cuervo hijo, haciendo gala de sus desconocimientos empresariales, dice que la desgracia de esos dos patrones se debe a la poca filosofía que tuvieron para vivir como empresarios.
- Sus errores?, preguntó el padre cuervo.
-Pues, maestro padre, tú me enseñaste a comer la uva y no a dirigir empresas.
- Y por qué te enseñe a comer la uva?
- Maestro padre, aquél día que no podía volar fue porque me llené el estómago con racimos de uva y no dejé nada para mis otros hermanos y tú me dijiste que para vivir no se trata de cuanta uva se come sino que de cómo se come.
- Y no es lo mismo que les sucedió a los patrones?
- Comprendo, maestro padre. Los obreros fueron como la uva porque los explotaron hasta quitarles las fuerzas y los patrones se llenaron el estómago y no pudieron levantarse más.
El padre cuervo felicitó a su cuervo hijo y preguntó a Piñera si en esto de la represión contra su pueblo también estaba comiendo uvas.
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