miércoles, 15 de junio de 2011

La importancia de llamarse Ernesto - Osmany SánchezDesd

Ernesto y su papá
Desde que la doctora nos dijo aquella tarde de noviembre “es un varoncito” supe que mi hijo se llamaría Ernesto. No sabía en ese entonces que ese nombre es de origen germánico y que significa “águila, firme, tenaz”. La causa no era tampoco mantener una tradición pues nadie en mi familia lleva ese nombre. La motivación era única y exclusivamente mi admiración por el Che. El seudónimo con el que comento en el blog es Tatu que significa “Tres” en Swahili y era el nombre de guerra del Che en la guerrilla del Congo.

El gran reto de mi vida será hacer de Ernestico un hombre de bien, plenamente identificado con la Revolución y que se convierta en el hombre nuevo que pedía el Che y al que nunca hemos renunciado. Un hombre "en el que el sentimiento de solidaridad y compromiso con la sociedad se imponga al interés y al egoísmo personal”

Mi hijo crecerá escuchando pasajes de la historia de Cuba y de sus héroes y mártires. Para ese entonces ya hará mucho tiempo que nuestros Cinco hermanos habrán regresado a casa y él tendrá la satisfacción de que su papá formó parte de esa inmensa ola de solidaridad que contribuyó al cese de la injusticia.

Criar un niño en Cuba en estos momentos no es tarea sencilla pero los cubanos estamos acostumbrados a compartir siempre lo que tenemos. La cuna de mi bebé ha pertenecido a la familia de mi esposa durante casi 60 años, uno de sus pañales fue usado por su madre hace 30 años y algunas de su ropitas pertenecieron antes a sus primitos.
Mi compromiso a partir de ahora es mayor pues tengo un motivo más para defender a la Revolución. Ya no puedo pensar sólo en mí, ya no tengo derecho a cansarme. Desde ahora todo será más difícil, el tiempo será menor y el esfuerzo mucho mayor, pero el hecho de saber que contribuyo a entregarle a mi hijo un país mejor me reconforta.
Decía el Che a uno de sus hijos: "Si hay imperialismo todavía, salimos a pelearlo, si eso se acaba, tu, Camilo y yo podemos irnos de vacaciones a la luna”

Ojalá que mi hijo no tenga que conocer la hostilidad que existe contra su patria. Ojalá que se imponga la sensatez y respeten la decisión del pueblo cubano de decidir su destino. Pero si eso no sucede y el imperialismo mantiene sus pretensiones de derrocar a la Revolución cubana estoy seguro de que Ernestico saldrá a pelearlo conmigo
Fuente: La jóven Cuba

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