jueves, 25 de agosto de 2011

Declaració​n del Partido Workers World-Mund​o Obrero sobre Libia

¡Alcemos nuestras voces – EEUU/OTAN fuera de Libia!
Las potencias europeas de la OTAN y Estados Unidos están declarando victoria

tras haber pulverizado el pequeño país de Libia durante cinco meses
brutales. Ellos alegan que las fuerzas "rebeldes" que ellos dirigen, cuyo
camino a Trípoli fue allanado por ataques aéreos de la OTAN que eliminaron
gran parte de la capacidad civil y militar de Libia, ahora controlan la
capital.
Bretaña, Francia, Estados Unidos y la mayoría de los otros bandidos

imperialistas han dado reconocimiento diplomático a la agrupación que ellos
mismos improvisaron. No debería haber ninguna confusión acerca de quiénes
son estas fuerzas "democráticas". Son los contras de Nicaragua, los
mercenarios cubanos en la Bahía de Cochinos, y anteriormente, el régimen
títere de Manchukuo establecido por Japón para facilitar la invasión
imperialista de China.
Después de la revelación de todas las artimañas y las absolutas mentiras que

los gobiernos de EE.UU. han utilizado para enmascarar su criminal agresión
contra Irak y Afganistán, no hay ninguna excusa para que cualquier persona
progresista actúe confundida y se mantenga al margen.
Los motivos de Washington y Wall Street para esta última agresión son claros
e inequívocos.
Al igual que en Irak, hay un gran motivo económico por parte de un pequeño

grupo de empresas transnacionales políticamente poderosas que controlan el
petróleo del mundo. Libia, con una población de sólo 6 millones de
habitantes, tiene las mayores reservas de petróleo en África. Las gigantes
empresas de energía de Bretaña, Francia, Italia y Estados Unidos durante
meses han estado en una competencia despiadada sobre quién recibirá el botín más grande de esta guerra no declarada. Aunque las portadas pueden hablar de Libia en términos de libertad y democracia, las secciones de negocios de la misma prensa imperialista se centran en el tema básico: las ganancias del petróleo.
Además, la clase dirigente de EE.UU. ve el derribe de Libia como una
apertura para una mayor penetración en el África subsahariana y la
implementación de sus planes de dominación militar de todo el continente a
través de Africom: la nueva estructura de mando en África del Pentágono.
Sin embargo, la resistencia del pueblo libio ha sido heroica. Durante casi

medio año han resistido no sólo bombas sino una explosión de propaganda
propia del mismo Joseph Goebbels hitleriano.
Alrededor del mundo, en todos los idiomas, los medios corporativos han
representado los agresores como ángeles de misericordia, incluso aún cuando
sistemáticamente aterrorizaban al pueblo libio con casi 7.500 ataques aéreos
que privaron a esta nación desértica de electricidad, agua, alimentos y
combustible. Con su riqueza petrolera, Libia ha construido un ambiente
moderno, en gran parte urbano. Como en Irak, esto mejoró la calidad de vida
del pueblo, pero también le dejó más vulnerable al daño que pueden hacer
bombas de alta explosividad al sistema de alcantarillado, electricidad,
plantas potabilizadoras, carreteras y puertos de una ciudad.
Los medios de comunicación están ahora en un frenesí sobre quién puede usar

los términos más viles y racistas para describir al coronel Moammar Gadhafi,
a quien el Occidente nunca le ha perdonado por haber apoyado las luchas de
liberación africanas y haber nacionalizado el petróleo de Libia. Después de
personalizar el tema: ¡"Gadhafi debe irse"! -- el Gobierno de Estados Unidos
y los medios de comunicación serviles tratan de incitar una mentalidad de
linchamiento que se supone debe culminar con la captura o el asesinato de
Gadhafi -- después de lo cual, sus cámaras y reporteros se irán a otros
lugares mientras la riqueza del pueblo libio se divide entre los bandidos
imperialistas y sus lacayos. Ese en todo caso, es el escenario.
Mientras escribimos, aquellos/as que defienden Libia del nuevo colonialismo

de la OTAN se reporta que siguen luchando contra los "rebeldes" en Trípoli.
A pesar de toda la agresión aérea y la presencia de británicos, franceses y,
sin duda, fuerzas especiales de los Estados Unidos sobre el terreno, el
tomar esta ciudad de 2 millones de personas no es un paseo. La resistencia
al imperialismo puede adoptar muchas formas, especialmente entre quienes han sido armados por el Gobierno de Libia
Toda persona que defiende el derecho de las naciones a la autodeterminación,

que entiende el carácter depredador de las guerras y ocupaciones
estadounidenses en Irak y Afganistán, que cree en el pueblo antes de las
ganancias, que exige empleos, viviendas y educación, y no más miles de
millones para el Pentágono, debería alzar su voz en contra de esta atrocidad
que se comete en el norte de África.
Y debemos recordar que esta guerra sucia está pasando cuando hay momentos de desespero para cientos de millones de trabajadores/as en todo el mundo. Una prolongada crisis económica capitalista está destruyendo sus medios de subsistencia y las redes de seguridad. Los países imperialistas cuyas clases dominantes se han enriquecido al máximo con los recursos y la mano de obra de las naciones oprimidas de África, Asia y Latinoamérica deben ahora destruir puestos de trabajo en el mismo EE.UU. y reducir los presupuestos sociales para garantizar los beneficios de los multimillonarios.
Pase lo que pase en Libia durante los próximos días y semanas, una cosa está

clara: es cada vez más difícil para las potencias imperialistas, a pesar de
todas sus armas de muerte, mantener los/as miles de millones de
trabajadores/as y los pueblos oprimidos del mundo bajo su yugo de hierro.
Este no es el amanecer del imperialismo, cuando unos miles de soldados
armados con rifles y pistolas podían enviarse al exterior para ahogar en
sangre la resistencia del pueblo mientras el capital financiero tejía su
telaraña alrededor de las élites locales.
Esta es la era del imperialismo podrido y moribundo cuando el sistema de

ganancias está socavando sus propios mercados, empobreciendo a los/as
trabajadores/as en todo el mundo en una constante persecución por más
ganancias mientras que la producción se estanca. Es la época de la guerra de
alta tecnología y de la producción de alta tecnología, las cuales requieren
enormes desembolsos de capital a expensas de la menguante clase de los
productores.
En los países imperialistas, todos los cuales son ahora hogar de
trabajadores/as de muchas nacionalidades, es época de despertar el
internacionalismo, la solidaridad de clase y la resistencia a las
dificultades que trae la guerra imperialista para todos y todas tanto aquí
en EE.UU. como en el exterior.
¡Estados Unidos y la OTAN fuera de Libia! ¡La lucha para derrocar el

imperialismo y la esclavitud asalariada continúa!
http://www.workers.org/

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