miércoles, 21 de septiembre de 2011

Colombia: La realidad virtual de la prosperidad democrática

Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en Colombia ocurrió una revolución tan silenciosa que la mayoría de los colombianos ni siquiera fuimos capaces de percibirla: en 8 años, la población que estaba bajo la línea de pobreza pasó del 56% en el 2002, al 37% en el 2010. ¿Cuáles fueron los hechos, económicos y sociales que produjeron tan extraordinario resultado?
.Víctimas del conflicto Colombia
Es cierto que en estos años la economía colombiana experimentó tasas de crecimiento que hacía muchos años no veíamos: PIB del 6.6 y 6.9 en 2006 y 2007, respectivamente [1]. Sin embargo, como lo reconoce la Misión del DNP que entregó las nuevas cifras de pobreza, la desigualdad de ingresos apenas disminuyó 2 centésimas, “(…) pero sigue relativamente alta en el contexto latinoamericano” [2]. Esto significa, que en todos estos años de crecimiento económico no se pusieron en práctica políticas públicas que permitieran una distribución democrática de los resultados del mayor crecimiento económico.

Es cierto también que en estos años la tasa de desempleo bajó 4.4 puntos porcentuales (pp), y que la población ocupada aumentó 3.1 pp. Sin embargo, no fue el empleo asalariado y en condiciones de Trabajo Decente lo que aumentó en Colombia, sino el empleo por cuenta propia, que en su mayor parte es empleo en la economía informal, sin protección social y con ingresos bastante precarios. En efecto, en 2002, de cada 100 personas ocupadas, 51 eran asalariadas y 38.4 trabajadores por cuenta propia; en el 2010 la población asalariada bajó 5.57 pp, en tanto que los trabajadores por cuenta propia aumentaron 7 pp en el empleo total [3].
Los datos del DANE sobre los ingresos de la población trabajadora son bastante ilustrativos, pues nos indican que no fue en gracias al mejoramiento de estos ingresos que disminuyó la pobreza. Según el DANE, de la población que le informa sus ingresos en la Encuesta Continua de Hogares, el 50.5% tenía un ingreso en el 2010 inferior a un salario mínimo. Entre un SML y menos de 1.5 SML se hallaba el 25.14% de la población trabajadora; y entre 1.5 SML y menos 2 SML, el 9.61%
Hasta aquí tenemos que el 85.25% de la población que en el 2010 estaba ocupada, percibía un ingreso inferior a dos SML [4], un resultado que es consecuencia de la estrategia que gobiernos y empleadores han implementado para contener los ingresos de los trabajadores, o para reducirlos, como se desprende del hecho de que entre 2003 y 2010 el salario mínimo sólo haya ganado 2.91 pp con respecto al incremento acumulado del IPC correspondiente a la población de ingresos bajos, que generalmente es más alto que el IPC promedio nacional, y de que se hayan generalizado los contratos basura, a través de cooperativas y otras formas de subcontratación
¿Qué fue lo que ocurrió, entonces, que nos permita entender la razón de la disminución de la pobreza en Colombia? En el 2009, la línea de pobreza estaba situada en un valor de $281.384 por persona para todo el país, y en $315.786 por persona para las 13 áreas metropolitanas [5]. Para que un hogar, que en las estadísticas del DANE lo conforman 4 personas, cubriera la línea de pobreza [6], debería haber tenido un ingreso en ese año equivalente a $1.125.536 para todo el país y de $1.263.144 para las 13 áreas metropolitanas; o lo que es lo mismo: contar con un ingreso por hogar de 2.26 SML en el primer caso y 2.54 SML en el segundo. Estos valores no los cubría ni el ingreso laboral promedio, que para todo el país estaba en $719.000 en 2010 (1.39 salarios mínimos mensuales), ni tampoco los ingresos laborales del 50.5% de la población ocupada que tenía ingresos inferiores a un SML
Según el DANE, en el 2010 había en Colombia 12´191.000 hogares, y la población ocupada era de 19´215.000 mil personas, o 1,57 personas ocupadas por hogar. Cuando las personas ocupadas cubren con sus ingresos laborales la línea de pobreza no hay problema. El problema es que en nuestro medio los ingresos laborales de la mayoría de la población trabajadora son muy precarios, pues el 85.25% del total de los están por debajo de 2 salarios mínimos legales [7].
Lo que ocurrió fue que el DNP, a través de la Misión para el Empalme de las series de Empleo, Pobreza y la Desigualdad (MESEP), cambió la metodología para medir la pobreza, un recursos que ya había sido utilizado por el gobierno anterior, y que el gobierno actual acaba de perfeccionar con resultados que, según la Misión, “muestran tendencias similares a la de la metodología anterior, con algunas diferencias importantes: menor nivel de pobreza moderada, pobreza extrema similar, levemente inferior y componente rural más elevado, y desigualdad del ingreso similar (levemente inferior)” [8].
Con la nueva medición, el resultado es una nueva línea de indigencia: $73.984 urbano y $60.968 rural; y una nueva línea de pobreza: $177.562 la urbana y $106.084 rural. Lo que quiere decir que si antes, para que un hogar cubriera la línea de pobreza, requería de un ingreso equivalente a $1.263.144 para las 13 áreas metropolitanas, ahora sólo necesita $710.248 (datos 2010).
Así que no ha sido ni por políticas de distribución del ingreso y de la riqueza que se ha reducido la pobreza, ni por el mejoramiento de las condiciones de empleo y de trabajo, ni tampoco por el mejoramiento de los ingresos; ni menos por una reforma agraria que haya distribuido la tierra o restituido la propiedad de los casi 4 millones de desplazados, que el país obró el milagro de reducir en 19 pp la pobreza, lo que supuestamente ha colocado a la mayoría de la población colombiana en el nuevo escenario de “la prosperidad democrática”.
Todavía no conocemos la nueva metodología, ni la nueva canasta. Lo único que sabemos es que la nueva canasta básica incluye 39 componentes en la zona urbana y 42 en la zona rural. Se hace entones necesario que el DANE y el DNP la publiquen, acompañada de una información amplia acerca del nivel de ingresos por ciudades y por secciones económicas, con el fin de generar una deliberación pública que permita construir consensos, primero en relación con los criterios que deben tenerse al construir los componentes y valores de esta canasta, y segundo —lo que es más importante todavía—, para construir política que permitan sacar progresivamente a 16 millones de colombianos y colombianas de la pobreza y a 5.4 millones de la indigencia, y así lograr construir una nación más igualitaria y democrática desde el punto vista social y económico.
Notas
[1] Datos con la nueva base de cuentas nacionales-2005.
[2] Carlos Eduardo Vélez, vocero MESEP, presentación Banco de la República, Medellín, Septiembre 2, 2009MESEP / Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad Resultados 2ª Fase Pobreza monetaria en Colombia: Nueva metodología y cifras 2002-2010. Disponible en: http://www.banrep.gov.co/documentos....
[3] Datos correspondientes al trimestre octubre –diciembre de cada año.
[4] Este cálculo se ha hecho excluyendo de los datos del DANE, los encuestados que no dan ninguna información sobre sus ingresos laborales y que representan el 5% de los encuestados.
[5] Los cálculos se han hecho sobre la base de la información construida por la Misión para el empalme de las series de empleo, pobreza y desigualdad, elaboradas por el DANE y el DNP para 2009.
[6] Operativamente, un hogar es pobre cuando su ingreso per cápita es inferior a 2 veces el valor de una canasta básica de alimentos, en la zona urbana, y a 1,75 veces, en la zona rural, donde los gastos en servicios tienen menor importancia. Un hogar se considera indigente si su ingreso per cápita es inferior al valor de una canasta básica de alimentos. El valor de la canasta de alimentos en la zona rural es inferior a su valor en la zona urbana.
[7] De los encuestados por el DANE, el 92% rebelaron sus ingresos, frente un 8% que no lo hizo.
[8] Carlos Eduardo Vélez. Op cit.







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