martes, 13 de septiembre de 2011

La batalla diplomática para la creación del estado palestino

Un grupo de jóvenes palestinos ha tapizado parte de la barrera israelí de Cisjordania con las banderas de países que apoyan un estado palestino
El 20 de septiembre de 2011 podría ser una fecha crucial en la larga historia del conflicto árabe-israelí
Ese día, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, tiene planeado pedir ante Naciones Unidas que los territorios palestinos sean reconocidos como un estado con las fronteras previas a la ocupación israelí de 1967.

La noticia ha desatado una carrera diplomática para aprobar o frenar la causa palestina, además de temores sobre las posibles consecuencias.
Por un lado, Abbas ha recorrido el mundo buscando apoyo y recientemente ha hecho énfasis en los países árabes. Este martes, en el Cairo y con la presencia del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, la Liga Árabe debate cuál será la estrategia para lograr el apoyo necesario en Naciones Unidas.
Actualmente, al menos 122 países (incluyendo casi toda América Latina) reconocen el estado palestino y la ANP espera que esa cifra aumente a 150.
Por el otro, en plena época de revoluciones en el mundo árabe, hay temor de que el plan palestino sumerja a la región en un caos de mayores proporciones, especialmente a raíz del reciente ataque a la embajada israelí en la capital egipcia y las tensiones entre Israel y Turquía
Esa preocupación ha llevado a actores como Estados Unidos, la Unión Europea y el Cuarteto de Paz de Medio Oriente (EEUU, la Unión Europea, Rusia y la ONU) a pedir que los palestinos se abstengan de presentar el proyecto ante la ONU y regresen a la mesa de diálogo.

Esa preocupación ha llevado a actores como Estados Unidos, la Unión Europea y el Cuarteto de Paz de Medio Oriente (EEUU, la Unión Europea, Rusia y la ONU) a pedir que los palestinos se abstengan de presentar el proyecto ante la ONU y regresen a la mesa de diálogo.
.¿Por qué la ANP recurre a la ONU ahora?

En ojos palestinos, una solución bilateral al conflicto con Israel no es viable tras años de diálogos poco efectivos y una desconfianza en aumento tanto hacia el gobierno israelí como hacia la mediación de Estados Unidos.

Por eso, la ANP ahora se enfoca en las Naciones Unidas.
Según contó a BBC Mundo Aaron David Miller, quien ha sido asesor de varios secretarios de estado de Estados Unidos en el conflicto árabe-israelí y trabaja para el Woodrow Wilson Center for Scholars, "la lógica palestina es mover el foco de acción desde la negociación bilateral al foro multilateral, donde tiene mayor apoyo y donde puede adquirir más importancia".
Ante el fracaso de los diálogos bilaterales, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, espera lograr el apoyo en la ONU.
La ANP (que es la entidad que controla los territorios palestinos en Cisjordania) cree que ahora es el momento ideal para pedir ese reconocimiento, pues cuentan con reportes positivos de organizaciones internacionales, como el Banco Mundial, que afirmó que las instituciones en esos territorios están "bien posicionadas para el establecimiento de un estado en cualquier momento del futuro cercano".
Un elemento adicional para entender la propuesta palestina, según explicó Amnon Aran, experto en la política exterior de los países del Medio Oriente en la City University de Londres, es la primavera árabe.
"Hay una corriente fuerte que busca enfatizar el rol de la dignidad y la oposición a cualquier tipo de opresión. Es un factor añadido que está ganando intensidad", argumentó.
Pero ese es sólo un lado de la moneda.
A la inestabilidad de la región a causa de la primavera árabe se han sumado recientemente el ataque a la embajada israelí en Cairo y las tensiones entre Turquía e Israel.
No son pocos los que vaticinan que el reconocimiento de un estado palestino podría desencadenar mayor inestabilidad regional
.¿Cómo ha reaccionado Israel?

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, califica la petición palestina de una "violación" a los acuerdos firmados entre las dos partes y aboga por un regreso a la mesa de negociación como la única salida viable al conflicto.

Israel, además, rechaza que la ANP se esté enfocando en la aceptación que pueda recibir en las Naciones Unidas y no en los temas bilaterales.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha reunido con líderes mundiales para contrarrestar la propuesta palestina. En la foto, con Catherine Ashton, representante de política exterior de la UE.
El historiador israelí Benny Morris, autor del libro One State, Two States, explicó en este sentido que "ellos (los palestinos) prefieren saltarse las negociaciones recibiendo el aval internacional sobre su Estado sin tener que reconocer a Israel ni aceptar su existencia".
Para contrarrestar la propuesta palestina, el gobierno de Israel también ha puesto en marcha una intensa agenda diplomática.
Sin embargo, en la Asamblea General, es poco lo que Israel puede hacer para evitar el reconocimiento de su vecino, según su embajador en la ONU, Ron Prosor.
"Lo máximo que podemos esperar conseguir es un grupo de estados que se abstendrán o que estarán ausentes durante la votación", comentó
.¿Qué efectos podría generar el reconocimiento?

Los analistas consultados coinciden en que hay que ser cautos sobre los posibles efectos de la discusión que tendrá lugar en Naciones Unidas.

Amnon Aran asegura que si se reconocen los territorios palestinos como estado, "las implicaciones serían masivas" y se generarían preguntas de “derecho internacional sobre los asentamientos en territorio palestino, sobre la presencia del Ejército israelí y sobre los ciudadanos israelíes en esos territorios”.
Aaron David Miller añade que "podría poner en movimiento a algunas agencias internacionales, como la Corte Internacional de Justicia, que en un futuro podría escuchar quejas palestinas contra Israel".

Un tercer efecto es lo que podría pasar con las negociaciones bilaterales, que continúan sin solución a la vista, pues ambas partes alegan que sí están dispuestas a sentarse a la mesa de diálogo, a diferencia de sus interlocutores.
Los diálogos han estado estancados desde septiembre de 2010 a raíz de la construcción de nuevos asentamientos israelíes en Cisjordania.
Abbas reconoció que, independientemente de la discusión en Naciones Unidas, volver a la mesa de diálogo es necesario, pues hay temas que sólo pueden resueltos de esa manera (como la seguridad, el acceso al agua, los refugiados o cómo compartir Jerusalén).
"Nuestra primera, segunda y tercera prioridad son las negociaciones", indicó. "No hay otra manera de solucionar esto. No importa qué pase en Naciones Unidas, debemos regresar a las negociaciones".
Netanyahu también aboga porque las dos partes vuelvan a negociar e incluso ha hablado de un posible acuerdo de paz interino si se pueden reanudar las conversaciones.
Pero, al mismo tiempo, rechaza que Abbas haya "evitado" volver a tocar el tema directamente y haya optado por buscar el reconocimiento en la diplomacia internacional.
"La paz sólo se puede lograr en la mesa de negociación", dijo en mayo pasado. Y recientemente agregó que la petición palestina podría "retrasar la paz por años".
La Autoridad Nacional Palestina espera lograr el apoyo de la mayoría de países en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Un último efecto que analizan algunos analistas es la posibilidad de que haya un recrudecimiento de la violencia, tanto si pasa la propuesta palestina como si es bloqueada.
Algunos consideran que, en términos prácticos, la vida común y corriente de los palestinos no cambiará para nada si se les reconoce en la ONU y que sería una decisión eminentemente simbólica.
Pero otros, como Benny Morris, argumentan que el reconocimiento "podría generar actividad (violenta) en el terreno, que podría ir en detrimento de cualquier conciliación".
"Eso (la violencia) es algo que ciertamente preocupa tanto a Abbas como a los israelíes", añadió Miller. "Ninguna de las partes lo quiere, pero podría pasar. Ya vimos lo qué ocurrió con la primavera árabe

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