lunes, 5 de diciembre de 2011

Los partidos y la trampa de los “trabajadores”

Comentarios al artículo “Hacen falta los trabajadores”. Autor: Ricardo Candia Cares. Publicado en Punto Final y Rebelión

Por primera vez desde comienzos del siglo pasado, cuando los anarquistas encabezaban multitudinarias huelgas en el salitre, los portuarios de Valparaíso o sectores de Santiago, se abre el debate en chile sobre el cambio social independientemente de las vías o caminos para ello. Los anarquistas fueron desplazados desde aquellas épocas por los partidos que ansían dirigir los cambios desde el aparato del estado y administrando la economía capitalista, en lo que se denomina capitalismo de estado para orientar las ganancias hacia el beneficio social, lo que resultó un oxímoron y un verdadero galimatías, y el proceso terminó devorándose a si mismo como sucedió en la URSS y está sucediendo en otros países que para sobrevivir deben reinsertar formas de propiedad y producción privada.


.Hoy día con las dinámicas estudiantiles, mapuche, pescadores artesanales, pobladores, juventud, mujeres, ecologistas, cesantes, etc. y etc. los partidos de los trabajadores claman por la ausencia del rol de los trabajadores, que deberían estar junto a los estudiantes, ponerse a la cabeza, etc. Llaman y claman, y los trabajadores: nada! Todos los partidos se definen de los trabajadores y hay dos grandes líneas, los que negocian y trabajan juntos dentro del sistema que critican, ya que según ellos se puede ir de diputado en diputado hasta tener tantos que venceremos, y los que van a tomarse el estado a como de lugar, los primeros se denominan pacíficos y los segundos violentos, los primeros de la vía electoral, los segundos de la vía armada, pero ambos quieren lo mismo, controlar el aparato del estado y a veces trabajan juntos ya que el objetivo es el mismo y cuando llegan arriba los llamados pacíficos asesinan a los violentos, a los que han puesto la cara y el cuerpo. Nadie sabe para quien trabaja. Por eso como punto de partida, muchos trabajamos el cambio social manteniendo distancia prudente de esos asesinos que imponen su modelo a como de lugar sin respetar a nadie, ya que dicen que el fin justifica los medios. No, gracias, con ellos ni a misa. En Chile los pacíficos que van detrás del estado se van juntando y negocian como adquirir un puesto y luego otro puesto, encontrándose entre ellos el Partido Comunista y los grupos derivados de la ex Surda, que andan todos ellos muy amiguitos en las movidas de la asamblea constituyente y en las universidades. Los rebeldes crecen como callampas en todas partes y muchos de ellos son cooptados por orgánicas que van detrás del estado y usan también el título de los “trabajadores”.

.Todos hablan de los trabajadores y ellos miran como hablan de ellos. Pasan muchas cosas por las cabezas de los trabajadores y los menos están pensando en anotarse detrás de esos que quieren dirigir el estado “en su nombre”. Veamos un poco ese asunto. Marx habló de los trabajadores en la fase de expansión industrial, refiriéndose a los productores de plusvalía, a los obreros ocupados del proletariado, es decir, aquellos que fabrican la ganancia. El resto del proletariado amontonado en las periferias sin trabajo, fue llamado lumpenproletariado, que no es un término peyorativo, como villano, que era un habitante de las villas y por eso era considerado inferior por la nobleza oligárquica que habitaba castillos señoriales o mansiones faraónicas, asumiendo la cultura y el lenguaje en general a esa acepción (villano) como sinónimo de vil, bajo, rastrero, malvado, oportunista y sin sentimientos. Nosotros seguimos utilizando ese término y reproduciendo la mirada clasista y discriminadora, al igual que usamos la palabra contraria, “nobleza”, para referirnos a sentimientos altamente positivos en un comportamiento humano generoso y dadivoso hacia los demás. Plop! Con lo que queda claro que los nobles eran buenitos y los habitantes de las villas eran malvados. Habrá que tener cuidado con lo que estamos enseñando y reproduciendo con el uso impensado de las palabras. Lo mismo ocurre con el concepto de “trabajadores”. Sigamos:


La crisis interna del capital, digamos el efecto continuo de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, en que cada mercancía tiene menos mano de obra debido a la tecnología, lo que obliga al empresario a sacar más y más materia prima, petróleo, energía y agua de la naturaleza, lleva a que la fuerza laboral creadora de aquella plusvalía sea proporcionalmente muy pequeña en comparación a las otras formas de hacerse de un salario o de obtener dinero. La exclusión y marginación de las personas de las fuentes de trabajo ha multiplicado “n” veces la categoría social del lumpenproletariado, al mismo tiempo que la visible expansión de las llamadas capas medias deja de aumentar y desciende rápidamente, con lo que se acrecienta aún más la llamada capas de marginación a nivel universal. En los últimos años se ha impulsado de tal manera el fenómeno migratorio, que ya se puede hablar de un cambio en las condiciones geopolíticas de la administración, por ejemplo los migrantes africanos y árabes en Europa han sido capaces de estremecer París y Londres con gigantescas jornadas de barricadas e incendios de vehículos durante días y semanas por el sólo hecho de la policía reprimir un negro. Los chicanos que llegan estos últimos años por millones a Estados Unidos han modificado el panorama electoral y el gobierno ha debido levantar un muro como el de Berlín en la frontera. Pero lo más importante ha sido la migración de millones a las ciudades abandonando el campo que está siendo arrasado por el extractivismo y destrucción de la madre tierra, amontonándose en las periferias de las ciudades que se están convirtiendo en prisiones cercadas por la policía militar con el pretexto de la droga que el mismo sistema echa a correr.


En ese nuevo terreno laboral y geopolítico, el trabajo es precario y las organizaciones sindicales son destruidas, sobreviviendo en una mínima expresión sólo algunos sectores con las siguientes características principales:

La primera es la disminución y atomización de las organizaciones sindicales, que en algunos países sumaban millones de trabajadores y en los últimos años ha bajado a cientos de miles. Cada vez son más débiles y superexplotadas, con menos capacidad de negociación, temporalidad, falta de derechos, etc.


La segunda es la casi desaparición de las organizaciones de trabajadores productores de plusvalía, asumiendo mayor presencia y fuerza los trabajadores estatales, profesores, bancarios y entidades financieras, choferes, minería, comercio y hotelería.

La tercera es la dirección reformista y negociadora de la mayoría de las organizaciones, en tanto los grupos rebeldes se esmeran por “concientizar” obteniendo pocos resultados. Ese es el caso argentino, por ejemplo, donde la CGT está dirigida por el populismo justicialista y la CTA, a pesar que reúne sectores peronistas progresistas, comunistas, socialistas, troskistas y un cuanto hay, no tiene incidencia en la política económica, salarial, administrativa, ni nada. La notable experiencia de las fábricas ocupadas es subsumida e invisibilizada en la estrategia de la futura “toma del poder
En Chile los partidos aniquilan a los sindicatos y todos juntos aniquilan a los trabajadores. Tristemente es la experiencia vertical que podemos apreciar en todas las centrales y sindicatos, salvo algunas excepciones aisladas donde se viven algunas micro experiencias de asambleismo y horizontalidad, pero lejos de los sectores de producción de plusvalía. Sólo se puede destacar el conjunto de pioneros que sostienen y hacen funcionar casi a la manera de quijotes a la CGT, que reúne algunas decenas de miles de trabajadores diversos tratando de enseñar que no es el partido el que debe dirigir, sino que todos los partidos tienen un rol en el fortalecimiento de la lucha sindical junto a los que no están interesados en la militancia.


Usted puede hablar de la fuerza de los profesores, pero luego debe recordar que se trata de una máquina vertical dirigida por el Partido Comunista o la CUT. Acaso los llamados al rol de los trabajadores se dirigen hacia la Cut?
Los que dicen que no importa, que todos deben estar juntos es porque quieren que sea la Cut la que dirija, o porque tienen dirigentes allí adentro.

Qué sentido tiene entonces llamar a los trabajadores? Conseguir que en el interior de ellos crezca la conciencia? Veamos el texto a comentar esta vez (comentamos intercalando):


.Hacen falta los trabajadores. Autor: Ricardo Candia Cares. Publicado en rebelión.org y tomado de Punto Final.

.El Ciudadano























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