jueves, 19 de enero de 2012

REGRESA LA BOTA MILITAR A GUATEMALA

En las recientes elecciones llevadas a cabo en Guatemala, los resultados no arrojaron ninguna sorpresa, ya que el plan USA estaba pre-establecido con anterioridad, por lo tanto, el resultado ha sido el total regreso al poder de los mismos personajes que reprimieron a este país, especialmente a la raza indígena, donde se dieron masacres que han sido documentadas y en donde figuran nombres que hoy se enquistan en el poder, incluyendo al presidente "democráticamente" electo Otto Pérez Molina, quien en su discurso de investidura anunció la militarización del país, esto por si a alguien le queda alguna duda. Claro, que la oligarquía y las transnacionales se encuentran celebrando, como tambien los trasnochados que no saben distinguir ciertas diferencias porque han vivido de las prebendas de los nefastos gobiernos anteriores y porque sus cerebros están carcomidos por la ignorancia.

El presidente electo, en una entrevista con la periodista Aristegui en la televisión mexicana, llegó al extremo de casi nominar para el premio nobel de la paz a las fuerzas élites llamadas Kaibiles, quienes son el equivalente escuadrones de la muerte legalizados y con etiqueta. El señor Otto Pérez Molina regresa a la máxima jefatura, despues de supuestamente estar retirado de actividades militares para ponerle a Guatemala nuevamente su bota de mando. El general Pérez Molina, fué durante el conflicto armado de 36 años, uno de los líderes de la contrainsurgencia y responsable de acciones muy duras y violentas contra el movimiento popular. Subordinados suyos asesinaron al obispo Juan Gerardi, cuando él era Jefe del Estado Mayor Presidencial. El obispo Gerardi iba a presentar en dos días las investigaciones sobre los crímenes de los militares durante la guerra civil, de modo que los nexos del nuevo presidente guatemalteco con el genocidio son bastante claros, solamente los miopes no pueden o no deben ver esta realidad.
Bajo el pretexto de imponer mano dura para combatir al narcotráfico y al crimen organizado, la militarización en Guatemala es ya una realidad, aún cuando se sabe que estas manos duras y super duras no han dado ningún resultado como en el vecino país salvadoreño, pues hay que aclarar y explicar que las causas de la violencia derivada de estas fuerzas criminales son estructurales y generadas por el desempleo y la pobreza y cuando se dice que son estructurales, hay que entender que quienes manejan el gran negocio de las armas están de manera directa involucradas en este endamiaje que se extiende por toda Centro América, negocio en el cual por supuesto viene el blindaje de las transnacionales que se lucran con la producción de armas.




En momentos en que en Guatemala se veía el camino a una verdadera democracia, hoy se retrocede de manera legal aunque nada ética y muy cuestionable. Lo que Guatemala necesita son reformas fiscales progresivas solo por mencionar algo. Este retroceso viene a poner más fácil el reparto de la riqueza en un país donde los potentados controlan los medios de comunicación y pagan las campañas electorales de los políticos de la derecha, como ejemplo, ahí está un Dionisio Gutiérrez, uno de los personajes más ricos de Guatemala, propietario de la cadena "Pollo Campero", conocido evasor de impuestos, y que ha pagado la campaña electoral de Otto Pérez Molina. La oligarquía guatemalteca y el ejército están cohesionados en un mismo estamento, que cuentan con bancos y cadenas de televisión, que en nada benefician a las mayorías pero sí grandes ganancias para ellos.
A quince años de haberse firmado la paz en Guatemala, llega al poder quien nada tiene que ver con la tan cacareada paz que en suma es una dudoza declaración discursiva y que con la ya declarada militarización no hay lógica para pensar que quienes estuvieron involucrados en actos represivos pretendan hoy decir que traen la fórmula para arreglar a Guatemala, más bien el país puede estar a las puertas de accciones ya conocidas que ojalá no se den, porque lo que la gente necesita y ansía es una verdadera paz, como el eslogan que hoy en día se maneja: Una Guatemala en Paz.

En este contexto Centroamericano, vale la pena ver lo sucedido el pasado 6 de noviembre: Se celebraron elecciones en Guatemala y en Nicaragua, pero mientras el proceso en Nicaragua fué cuestionado, el proceso en Guatemala fué aprobado y por lo tanto, el tratamiento proporcionado por los grandes medios de desinformación fué muy diferente. Esto debe llevarnos a la reflexión de que hay un esquema pre-establecido por las fuerzas ya conocidas, pues la militarización se está tambien llevando a cabo en El Salvador y ya no digamos en Honduras, donde la represión no ha mermado desde el golpe de Estado contra el presidente Zelaya.
porfirio quintano

Porfirio Quintano

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