domingo, 15 de enero de 2012

URUGUAY: Militar investigaba desaparecidos; ahora lo investigan a él.

El general retirado Pedro Barneix ocupó lugares destacados durante el gobierno de Tabaré Vázquez. Ahora analizan su participación en una muerte por tortura en 1974

José Pedro Barneix es general retirado. Durante el gobierno Tabaré Vázquez, le encomendaron una tarea fundamental: obtener información reservada sobre el destino de detenidos desaparecidos durante la dictadura.

Una investigación desarrollada por periodistas de El Eco de Carmelo y publicada este viernes por Brecha devela que Barneix está directamente involucrado en la muerte de Aldo Perrini (foto), muerto a los 34 años por torturas el 4 de marzo de 1974.

Barneix era un joven oficial en aquel entonces. Venía de realizar cursos en la base militar estadounidense del canal de Panamá: la Escuela de las Américas, famosa por haber reclutado a los grandes halcones de las dictaduras latinoamericanas.

La víctima "Chiquito" Perrini es uno de los 19 crímenes cometidos por el aparato represivo del Estado fue declarada inconstitucional e inaplicable.
Treinta y seis años después, nadie se explica en Carmelo por qué cayó en la redada junto a otras once personas. Perrini era simpatizante del Frente Amplio pero no tenía actividad partidaria. Era conocido, sobre todo, porque tenía una confitería donde se vendían "los mejores helados de la ciudad
PPerrini cayó -supone el abogado patrocinante Oscar López Goldaracena- porque alguien abrió una lista de sospechosos en la localidad para desatar una eventual caza de brujas.

El 24 de febrero fue sacado de su casa encapuchado al Batallón de Infantería N°4. Otros de los detenidos fueron llevados a Mercedes. Algunas de las detenidas fueron violadas en el camión, según consta en la investigación de la jueza Mariana Motta.
A "Chiquito" no le fue mejor. Cuando lo apremiaban gritaba "helados", un grito que había popularizado en su ciudad natal. Era su forma de que alguien lo reconociera. Le dieron picana hasta dejarlo inconsciente, Murió en una ambulancia camino a Montevideo, en el kilómetro 110 de la ruta 1.
De algún modo, su muerte contribuyó a limitar la tortura a otros encarcelados, dijeron en el juzgado algunos de los testigos que sobrevivieron al episodio.
Barneix era en ese entonces teniente primero del Batallón 4 de Colonia. Fue parte del equipo de oficiales que interrogó a Perrini.

La investigación de la justicia militar por aquel caso no impidó que siguiera su ascendente carrera, en especial en el área de inteligencia. En ese departamento trabajaba cuando, en 1993, se desató el escándalo por el asesinato en Uruguay del bioquímico y agente de la dictadura chilena, Eugenio Berríos. Este episodio no hizo mella en sus promociones y resultó designado al frente de la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado.
Siendo jefe de la División de Ejército N°4, su nombre sonó como comandante en jefe, pero el presidente Vázquez se inclinó por Jorge Rosales.
Aunque la decisión no respetaba el orden de derechas, Barneix siguió adelante. A diferencia de algunos colegas del generalato que renunciaron, se quedó en su cargo y hasta suplantó a Rosales provisoriamente en la titularidad de la comandancia. Se retiró al cumplir los ocho años en el grado.
Pero ahora su brillante carrera se encuentra en tela de juicio. Algunas de sus afirmaciones que la justicia militar de la dictadura dejó pasar, ahora lo comprometen.

El expediente, reproducido por Brecha, cita textual: "Preguntado: si sabe o presume las causas por las cuales el presunto sedicioso Aldo Perrini presenta hematomas en su cuerpo al realizarse la autopsia, contesta: que no sabe, pero presume que pudieron haber sido ocasionadas por el trato riguroso que el personal debe exigir a los detenidos e incomunicados para mantener la disciplina y la compartimentación en virtud de encontrarse los detenidos en un sólo alojamiento".
La autopsia determinó que Perrini presentaba "hematomas y equimossis en parte del tórax y abdomen", especialmente en "hipogastrio y genitales externos, múltiples hemorragias en el panículo adiposo subyacente".
El examen realizado por el médico militar Jorge Mautone reparó en una "hemorragia subpleural".
La causa de muerte fue diagnosticada como "edema agudo de pulmón originado por el stress", una forma elegante de referirse a la asfixia y a las torturas recibidas durante el "interrogatorio".

Fuente:Subrayado

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